- Lo importante ha seguido siendo la aventura de la carne, la humilde normalidad del amor entre dos solos. Y entregados. La búsqueda final de una hora feliz en la que no sea sino la comprensión de una mano o de un aliento para conocerse.
Esa realidad cualquiera de un espacio hecho de palabras, de gestos, de una mirada cómplice o de una buena contestación que van justificando la vida para no dejarla sólo responder a lo más bajo y vulgar.
Quiero decir.
No frente al espejo sino en la verdad con otros.
Decir siempre y decir alto.
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