- En mi descargo diré que no puedo reponer las hojas a la rama. Así el tiempo sumergido en niebla, aburrido como una visita inoportuna que, despacio, aparece entre las sábanas, dispuesto a no ceder, a quedarse.
Si penosamente se lanza la responsabilidad contra el muro del amor, de la oportunidad perdida, de un no conformarse con lo brindado o, acaso, confiar en que deben darte. Si la calle caminada ofrece experiencia, argumentos para la dote del destino, ¿será un margen de error, una vida plena? Se habla de las “Grandes Ideas”, de alzar al hombre y llevarlo y honrarlo.
Es inútil la aventura. ¿Es inútil la aventura?
Por un sol de otoño que florece. O la Patria.
3 comentarios:
qué majo, Mishima...
"En mi descargo diré que no pude reponer las hojas de la rama". Me parece, simplemente, maravilloso. Bellísimo.
- 1) Auri, en este discurso de Mishima creo que se condensan gran parte de las ideas que discutimos el otro día. El autor japonés ve imposible una vida plena sin grandes compromisos. Yo sospecho que Mishima trató de forzarse y escudó su desdicha con toda esa movida samurai.
2) Gracias, estatua, me gusta que te guste.
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