miércoles, octubre 26, 2005
Realpolitik
- Si el hombre es la medida de todas las cosas, el político es la medida de todos los inconvenientes. A menudo se recuerda la distinción izquierda- derecha, como si se tratare de una separación de camisas pardas o negras. La propia formulación estética de las convicciones provoca una agria polémica sobre todos los que necesitan pensar por sí mismos. La crisis democrática unida a la aparición de élites gobernantes de pequeños grupos poblacionales lleva consigo la pérdida de las libertades individuales y su sustitución por otras de carácter colectivo de dudosa moralidad en el siglo XXI. Una apuesta por las ideas es necesaria para librarnos de este pragmatismo mentiroso del que adolecen los Estados europeos (qué más realpolitik que la de Zapatero pactando con ERC?). Es nuestra elección por el Estado como forma de organización política. Hoy una crítica al nacionalismo excluyente supone una exigencia para los demócratas de verdad de este país.
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