- El viento sur tumba al frío y a la lluvia, reemplazando su dominio de marzo. Abril, esta vez, se abre como en nueva promesa, acaso permanente, mientras contemplo los alrededores de la choza. Un paisaje limpio, angustiado por ese silencio demoledor de ilusiones, pacífico pero férreo. Doblo las rodillas, me siento en paz y acaricio a mis perros o, simplemente, leo y fumo en pipa. Ahora podría jurar que esa quietud de los días de viento va a acompañarme siempre. Pero sabemos del frío de mañana, del granizo, de la leña necesaria y abundante para el invierno. Incluso estamos preparados para alguna sorpresa de verano en forma de tormenta. Y lo fundamental es no perder la posición, respirar, sonreír ante la indiferencia de este mundo, devolviéndole el silencio. Y pensar en todos los hombres y mujeres, de todos los tiempos, que han dado, con su presencia, consuelo. Y orar por ellos. Los que iluminan una habitación, los que animan una fiesta. Yo no pierdo la sonrisa. Me la impongo cada día frente a este cielo de nubes rotas por el sol. Y pienso en X. Y lo acompaño en su viaje por la vida. Y en la vuelta al mundo de Z. Y en toda la ilusión que creamos entre las dos casualidades que nos justifican.
2 comentarios:
Sonreír ante la indiferencia de este mundo, devolviéndole el silencio.
Que bien escribes Acamus, o que bien sientes , pero sea lo que sea , aquí estoy imprimiendo una vez más tus cosas , porque ami me sigue gustando leer , en papel.
un abrazo
Yo también lo imprimo. Hacía mucho que no te leía, pero veo que hace tiempo que no has vuelto a escribir.
Acamus, me gustan tus escritos. Sigue.
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