La modernidad ha traído consigo la verdad: no hay cuchara. El abismo que debemos saltar, los obstáculos salvados. Todo se reduce a la elección.
En esta escena de Mátrix observamos un choque. Un choque que es cuchara, pero podría ser otra cosa. Por ejemplo, si cambiamos de palabra y, en lugar de “cuchara”, decimos “yo” o “sufrimiento”. Y, precisamente, es de lo que va todo esto. Toda la historia de la civilización ha funcionado como manos que quitan capas de una cebolla. Primero Moisés, que intuye a un Dios al que debe adorarse mediante prácticas efectivas de moral. Un hombre que baja del Sinaí no con una descripción de la divinidad, sino con leyes grabadas en piedra.
Luego viene Job con su libro majestuoso que elimina la relación “bien-recompensa”, “mal-castigo”. Más tarde los profetas, Jesús y su lucha contra el Dios externo, etc.
Y por supuesto, Copérnico, Darwin, Marx, Freud. ¿Qué queda de la superstición?
No queda nada y, sin embargo…
No hay cuchara, una frase que debe grabarse en las escuelas, en los monumentos, en los autobuses (ahora que está de moda hacerlo). Una frase que elimina las preocupaciones (como Siddartha bajo el árbol).
Si, como decía, cambiamos “cuchara” por “yo”, nos queda:
No intentes doblar el Yo/Sufrimiento. Eso es imposible… Doblar, forzar, cuestionar, domesticar. Imposible.
En vez de eso, debes comprender la verdad: No hay Yo/Sufrimiento.
La modernidad es un ejercicio de voluntad. Una apuesta por la razón, por tomar las riendas, por aceptar lo no-explicado. No somos el centro de nada. Aceptar las coordenadas: nacimiento-muerte. Trabajar sobre ellas.
Es fácil decirlo. No queda otra.
5 comentarios:
Derrida-Matrix-Postmodernidad.
Tengo un profesor que basa sus clases en estas tres coordenadas. Se supone que lleva años escribiendo un libro sobre esto (una especie de Ulises sobre la contemporaneidad). Otro extraño rostro del genio.
Mátrix es cojonuda. Lo que pasa es que, al ser tan cojonuda, ya se mira con ojos escépticos.
Tu profesor es un crack. Por cierto, feliz cumpleaños.
Gracias, señor Acamus, pero es mañana 14. No sé por qué la gente empezó a felicitarme ayer en Facebook. Creo que he hecho algo mal...
y a mi me encanta esrta fase tuya.
un besín
sorprendida
me ha encantado tu blog
necesitaba algo así
gracias por tu comentario
nadie le dio ninguna importancia a ese verso y, para mí, es la justificación de todo el poema
gracias
B.
te leeré a menudo
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