jueves, junio 18, 2009

Preludio De Una Existencia Normal (Escena)

Un bar. Sólo un hombre detrás de la barra. No interviene en la conversación. Limpia los vasos y ordena las botellas. Una mesa en el centro con dos personajes:

1) Un hombre de unos cuarenta y cinco años, al que llamaremos A.
2) Un joven de aspecto desaliñado, al que llamaremos B.

Luz débil. Sobre la mesa, una botella de vino casi vacía, sin etiqueta. Dos vasos a medio consumir.


A: Quiero decir que es la mejor forma de hacerlo. Ése es el tema: la ecuación, ¿comprendes? Que yo no soy una buena persona. Así vamos eliminando tópicos. Mi idea, la idea central, ha sido sobrevivir fácilmente. Luego no tiene nada que ver con la bondad, ni con esas supercherías sensibleras. El pobre niño bueno, no sé si me entiendes, el que se queda en el rincón, el asmático, el de las gafas. Sería demasiado simple. También existen niños que matan gatos o apedrean lagartijas, ¿sabes? No es tan sencillo, desde luego. ¿Cuál es la fórmula? Yo creo que es mejor así. De lo contrario, uno acaba por creerse el cliché. Y, si uno cree en su propia bondad, acabará por creer en cualquier estupidez. Una cosa va detrás de otra. Primero la bondad y esa promesa de paraíso para los buenos. No hay más que asomarse a la ventana y respirar la calle. No hay un tesoro al final. Lo sabe cualquier niño de teta. Lo sabe todo el mundo. No digas que no. Creo que estoy siendo franco, ¿no? Me estoy atreviendo a decirlo. No es tan corriente asistir a algo así. Es como una revelación. Es un desahogo, eso por descontado.

B: Claro.

A: He querido sobrevivir fácilmente.

B: Sí.

A: Y eso no es bueno. Es cobarde y no es bueno.

B: Ya lo sé, pero usted…

A: ¿Qué vas a saber tú?

B: Bien; me refiero a que usted está siendo muy valiente al afrontar…

A: … no digas que…

B:… usted no se miente. Eso es bueno.

A: Yo me miento siempre. ¿No me has escuchado? Digamos que esto es una revelación, ni siquiera lo he preparado. Quiero decir que no he estado pensando en ello, ¿sabes? Me estoy burlando de mi carácter ahora mismo.

B:…

A: Mañana volveremos a las mismas.

B: Bueno, todo por partes. Es decir, usted hoy ha dado un gran paso.

A: ¿Qué cojones de…?

B: Que sí.

A: Nada, no te has enterado de nada.

B: Mañana se despertará de mejor humor.

A: No sabes de lo que hablas.

B: Hoy es un punto de inflexión.

A: Nada.

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