Si las fronteras y las simpáticas doncellas de fin de fiesta son verdaderas, aquí que aparecen varios factores reales. Un primera revelación, la ignorancia, la vida beata, la intención de soledad que se parece mucho a otra forma de vestirse, pero con las mismas sedas.
Previo a todo esto, la mala leche; una respuesta a los que aman de verdad, sin libertad ni respeto. Una última, pues desde luego, calles y calles con individuos numerados en perfecta metáfora orwelliana.
Cómo devolver bien por mal, cómo tratar de conciliar perdón y alegría, resignación y alabanza? De todos los que cayeron alguna vez bajo otras voces singulares, nosotros nos hemos levantado, hemos esperado en silencio la adopción resolutiva de un poco de suerte, un poco de piedad, o de abandono.
Creed, al fin, que si no hubiera sido por nuestro compromiso, ahora pintarían muy mal las cosas para las comunidades del Rock and Roll.
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