- En fin, debemos ser valientes a diario, no olvidar para que dejamos nuestro hogar y sorteamos mil peligros. Aún no sé que nos llevó a partir aquella noche. La vida se dispara como una ballesta, esperando el momento de que la flecha escape a nuestro control para empezar a vivir. Qué infierno de sonidos y de imágenes. Destacad los cantos de los que se fueron cuando ordeneis vuestros armarios. Todavía hoy, al cesar la violencia, nos resguardamos del frío, y me parece escuchar aquello de: “Entonces
todos los hombres de la tierra
le rodearon; pero
César Vallejo, ay! Siguió muriendo.”
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