lunes, diciembre 12, 2005

Las Mentiras De Bush

I

- No quiero pasar a la habitación, señor, prefiero quedarme aquí, observando a vuestras hijas desde la ventana, apreciar vuestra colección de bastones, informar al servicio de mis apetencias. No, de verdad, si entro no saldré más, usted lo sabe; me encerraré, adoptaré una virtuosa imagen de ortodoxia, elaboraré certeras teorías sobre la necesidad o no de un sistema político se-cu-la-ri-za-do . Venga, veamos los establos... No me mire con esa cara, señor, usted tenía esto previsto y si no, dígame el motivo de la carrera de mañana.


II

- Cada época posee su pecado. No hay fuerza en la nada, en la historia fría y material de las monedas, de los estandartes. La estructura de pensamiento necesita del pecado como antítesis de su finalidad. Un pensador debe fundamentalmente evitar el pecado como acción pero conservarlo como opción. Siempre se trata de homilías (algunas sin evangelio) que atraviesan los espacios, las tierras como bendición y como alivio; sin duda es infinito el trasfondo que permanece, pero “el duende” cambia los muebles, las formas…No hay imagen eterna que alienta lo profundo del hombre, la anécdota de Dios.

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