sábado, julio 01, 2006
Zidane
- En la época del capitalismo posmoderno, los duelos deportivos. Residuo de la Guerra Fría, los acontecimientos del fútbol, del tenis, del baloncesto envuelven nuestra vida en un halo de éxtasis pocas veces sujeto a la especulación o al cálculo. En ocasiones, una actividad por muchos repetida se convierte en esencia, en pura demostración de verdad cuando los genios la interpretan y hacen suya. Hablo, sin duda, de John McEnroe y sus partidos con Borg en la hierba de Wimbledon; de Muhammad Ali y Joe Frazier partiéndose la cara en Manila, de Sebastian Coe y Steve Ovett persiguiéndose en los 1500… Tantas experiencias, tanto analizar bajo la premisa de lo que vende, de la moda, para, después, aceptar la realidad que un solo hombre impone en su terreno. Jubilación, el fin de una era, arrastrarse por los campos…Todo eso se decía de Zinedine Zidane antes del partido de ayer. Hoy, todo queda en el obligado suspenso del pasado. Hoy, el tímido caballero francés ha resuelto callar bocas. Ha sido maravilloso. Y sobran las palabras. Esto sólo es mi pequeño homenaje al que ha hecho tanto bien a tanta gente.
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