lunes, marzo 12, 2007

Está En Venta El Jardín De Los Cerezos

- La pura verdad no se asoma nunca y hemos de buscarla y no siempre aparece. Lo que aparece es la verdad, pero no la “pura” verdad, sin aditivos, con una palidez de recién nacida. Es lo que merecemos: las opiniones, los rumores, el “¿será verdad?”, el “no me lo creo” de todos los días. Al menos, en las novelas detectivescas victorianas había un cadáver claramente presentado, noblemente expuesto a la perspicacia del Holmes de turno. Aquí, todo un confuso escenario, camuflado de ideas, de músicas, de inocentes apuestas por la felicidad y la justicia (¿inocentes?) y, finalmente, el interés que todo lo puede. Porque nos tememos lo peor. Nos tememos el final entre ruinas y algún portavoz “comprometido”, con risa histérica, frotándose las manos: “Pero si todo era un juego”. ¿Serán capaces?. Lo hablaba el otro día con Aurora: somos una generación educada por padres inspirados en el 68 a la que se le ha prometido la educación, la fraternidad, las ganas de hacer amigos y disfrutar del campo sin la violencia gris de Franco y secuaces; y a la que, sin embargo, la realidad a devuelto, como una bofetada, a la materia y al cansancio, al trabajo duro, a la COMPETITIVIDAD, por así decir. Tampoco es malo. Pero siempre queda ese regusto del “¿y si…?” y eso lleva a la melancolía. Y vamos a perdernos, además, las alubias de las abuelas, las peonzas de los abuelos, quizás ese olor de puro y frutos secos de una tarde de fútbol. Y, además, Dios se perderá en los libros como un anciano lejano y triste. Todo de un modo general, claro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el trabajo siempre es duro. como todo compromiso...

la competitividad sin embargo es accesoria. y es nociva. y a la larga sólo siembra desencanto.