sábado, febrero 24, 2007

Canon

- Buceando por la red, ni siquiera demasiado profundamente, encontré una entrevista concedida por el grandísimo escritor Roberto Bolaño poco antes de su muerte. En ella, interrogado por Mónica Maristain, el chileno dio su lista personal de libros queridos.
Ahí van:

1- El Quijote.
2- Moby Dick.
3- La obra completa de Borges.
4- Rayuela, de Cortázar.
5- La Conjura de los Necios, de John Kennedy Toole.
6- Nadja, de A. Breton.
7- Las cartas, de Jacques Vaché.
8- Todo Ubú, de Jarry.
9- La vida, instrucciones de uso (George Pereç).
10- El Castillo y El Proceso, de Kafka.
11- Los Aforismos, de Lichtenberg.
12- El Tractatus, de Wittgenstein.
13- La invención de Morel, de Bioy Casares.
14- Satiricón, de Petronio.
15- La Historia de Roma, de Tito Livio.
16- Los pensamientos, de Pascal.

No es necesariamente una lista ordenada por criterios de importancia.

lunes, febrero 19, 2007

Consagración


- Cada noche oscura, en la breve importancia de las almas, que no significan, no proceden en este mundo moderno, y está bien que así sea, encuentro de ti otra esperanza rota. Como cuando paseábamos Pablo Iglesias arriba, ya perdida la ocasión, ya en pasado la hueca intimidad de los (aún) desconocidos; o en la perpetua verbena de celebración y de amistades. ¿Cómo no caer en la literaria fórmula de la repetición, en la idealización que no termina?
Nos imagino un domingo cualquiera, entre la muchedumbre, llena la plaza de puestos de venta, sin dinero en el bolsillo, acaso cogidos de la mano, o con muestras de tacto entre los dedos. Te imagino regateando con la encargada, probándote un sombrero imposible y riendo, sí, riendo con esa risa tuya de muy de mañana.

Me sabe mal no conocerte. Limitar la memoria a una construcción de pocos pasos. No saber de ti: lo que te gusta, tus opiniones políticas, tu manera de categorizar a los individuos.

Mira, voy a tener que entrar ahí

y simular que me interesa.

miércoles, febrero 14, 2007

Mayor


- De entre la hierba urbana de la tarde, de entre la soledad o la promesa que se van agrandando por dentro, en una intención de prosperar y ser felices, podemos salir a divertirnos. ¡Ay!, qué destrucción la de los hombres, que reemplazan su carne por una imagen, una sonrisa. Porque el amor deja de ser y se aleja o no viene nunca si se piensa demasiado, si se empeña en glorificar, en ser algo más que compañía y placer.
Rápido el canal de la ciudad, en su eterna presencia, en su mendigo y su hotel de barrio, permanece sin más historia, sólo con la voluntad de parecerse, de igualar su pasado y su futuro, y avanza en silencio como una ballena de respiración mentirosa, artificial.

En vano hallarás a la mujer de la fotografía, a la dueña del secreto que no se resigna a su naturaleza irreal y va apareciéndose en cada nueva versión de lo atrayente.

sábado, febrero 10, 2007

Despertar

- No hay nada malo en ser precavido. Entrar en las tiendas con ojo, ciudarse de amistades inconvenientes. Uno pasa por ser lo que los demás deciden. Aunque quizás la pregunta no sea si hay paraíso entre la mediocridad, la asfixia que nos produce la Nación, sino si el problema es nuestro, si más allá de las fronteras ibéricas el espacio es más libre, más sensato. Porque el progreso se resume en sensatez. La que trata de explicar el mundo sin la intervención de dioses o titanes, la que va trabajando poco a poco la tierra y el saber para que sea útil, para que nos sea útil. La gran afrenta de cualquier creyente es no comprender que alguien pueda no creer. Los que buscamos algo de aire nuevo, algo que se aproxime a nosotros y nos sea familiar y cómodo, al menos que sepamos reconocernos en su imagen, somos siempre proscritos, imbecilizados por la corriente de la Transición española, que siempre se justifica, siempre sale a flote y nos observa entre enfadada y poderosa: “que nadie se atreva a tocarme”, y va gritando: ¡maldición, maldición!... ¿De qué tengo la culpa?, ¿Por qué ese discurso que se me antoja facilón y difícilmente creíble se va asentando, se pega al hueso y ahí se queda como si nada, como una idea indiscutible?. Estamos en el mal camino y nadie va a ceder nada, nadie va a poder explicarse, los gritos confundirán la verdad con la mentira, el esfuerzo con el interés: NO HAY MATICES. FACHA, FACHA….ROJO, CANALLA… ¿Es la guerra civil? En absoluto, es algo más terrible: es nuestro sino. Algo que nos han dejado y debemos cumplir para morir a gusto, o, al menos bien, como muere un español.