jueves, junio 08, 2006

Infanticidio

- Descubrí el sexo antes que la música. Así, cuando escuché por primera vez algo relacionado con la película “El último tango en París”, creía que la trama se desarrollaba en los vagones de un tren. Clara confusión: TALGO-TANGO… En mi cabeza no cesaban de proyectarse imágenes de Brando y Schneider fornicando en un Madrid-Alicante. Cómo hacerlo para que no los sorprendieran? Hay talgos con compartimentos privados? Quizás Francia con su moderna sofisticación que innova transportes más modernos y cómodos para el viajero; digamos un Paris-Lyon…La magia del cine.

1 comentario:

Paralelo 49 dijo...

Modernos y sofisticados y rápidos los hay, no pensados para tales fines... Los lavabos son verdaderamente amplios, aunque hay órdenes que deberían siempre prevalecer. La música siempre antes, y en todo caso: durante.