viernes, junio 23, 2006

Un Poco Como Claudio/Estación Aprendida

I

- Nada como el verano verdad? Cuando el sol recibe al joven y lo azuza para que siga, para que no se duerma. Parece generoso anfitrión para el amor, para conservar la alegría del hombre que lo adora y lo espera. Acaso iremos a contrariar su actividad, siempre bien consentida, cuando le vemos fuerte y seguro en lo más alto? Nada haremos, pues la canción que debe nuestra edad es siempre amable. Mas, qué de los ancianos, de los enfermos, de los moribundos? No son ellos, antaño protagonistas, hoy víctimas de la dureza, de la crueldad del tiempo que ha pasado, del retorcido vuelo de una estrella? No eran ellos pisadores de años y calles? No sintieron por su juventud algo parecido a nosotros? Qué razón acomete esta mañana, que traigo conmigo esta maldad de mi lenguaje….

II

- El tacto vacío o la escritura solitaria, silenciosa, casi devota o apenas carnal, que no toca el cielo ni la tierra y se nutre de si misma. Voy a madurar este texto? Seré capaz de huir de ti y emerger en otro mar, en otra esquina como si nada hubiera pasado, dispuesto a oler de nuevo las flores? Claro que soy capaz. Puedo con eso y con más, pero qué será de nosotros, sin la oportuna voz que te adormece… Tanto tiempo que pasa y no es fulgor lo que dejamos. Apenas sangre que no cuaja.

1 comentario:

quantum dijo...

Nada tan cruel para quien no tiene esperanza como ser testigo inerme de la plenitud, de la dicha de los elegidos.¿Nos pasará a nosotros algún día, Acamus? ¿Nos ha pasado alguna vez?
Adoremos al sol mientras podamos.