sábado, junio 24, 2006

Los Menos


- Siempre se sospecha alguna cosa. Vemos códigos en las tazas de café, extrañas profecías en cada gesto, en cada rostro. Los mensajes nos llegan a raudales por todo tipo de conductos. Hay mala sombra, eterna lucha en la que debemos tomar parte. Nadie va a hacer este trabajo mejor que nosotros. Suena a enfermedad, a ruina de la razón. No hay peligro que no solventemos con maestría. Las mañanas se parecen unas a otras: “Será éste el día?, hay más verdad que no conozcamos, que no hayamos ocultado?”. Caen las horas frente a nosotros. Ahora las escobas han cobrado vida. No hay forma de detener su espantosa danza. El agua. Ya oigo al amo que viene.

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