sábado, febrero 10, 2007

Despertar

- No hay nada malo en ser precavido. Entrar en las tiendas con ojo, ciudarse de amistades inconvenientes. Uno pasa por ser lo que los demás deciden. Aunque quizás la pregunta no sea si hay paraíso entre la mediocridad, la asfixia que nos produce la Nación, sino si el problema es nuestro, si más allá de las fronteras ibéricas el espacio es más libre, más sensato. Porque el progreso se resume en sensatez. La que trata de explicar el mundo sin la intervención de dioses o titanes, la que va trabajando poco a poco la tierra y el saber para que sea útil, para que nos sea útil. La gran afrenta de cualquier creyente es no comprender que alguien pueda no creer. Los que buscamos algo de aire nuevo, algo que se aproxime a nosotros y nos sea familiar y cómodo, al menos que sepamos reconocernos en su imagen, somos siempre proscritos, imbecilizados por la corriente de la Transición española, que siempre se justifica, siempre sale a flote y nos observa entre enfadada y poderosa: “que nadie se atreva a tocarme”, y va gritando: ¡maldición, maldición!... ¿De qué tengo la culpa?, ¿Por qué ese discurso que se me antoja facilón y difícilmente creíble se va asentando, se pega al hueso y ahí se queda como si nada, como una idea indiscutible?. Estamos en el mal camino y nadie va a ceder nada, nadie va a poder explicarse, los gritos confundirán la verdad con la mentira, el esfuerzo con el interés: NO HAY MATICES. FACHA, FACHA….ROJO, CANALLA… ¿Es la guerra civil? En absoluto, es algo más terrible: es nuestro sino. Algo que nos han dejado y debemos cumplir para morir a gusto, o, al menos bien, como muere un español.

2 comentarios:

Pablo Sánchez dijo...

- Yo no he defendido la unidad de españa como un fin esencial en este post. La última frase: "como muere un español" no se refiere a la grandeza sino a la miseria del espíritu español que tiende siempre a la confrontación, al choque, al desastre. Vamos, que era iornía y lamento.

Pablo Sánchez dijo...

- Sí, sí, fundamentalmente estoy de acuerdo contigo como crítica general del estado de las cosas. Pero creo que es necesario tener claro cuál son las propuestas de los nacionalistas y en qué grado sacrifican la libertad por el "bien" colectivo. Y ahí, el estado de derecho español es el ofrece la alternativa moderna.