miércoles, diciembre 30, 2009

No Es Perro


No habían pasado ni dos horas, ¿te lo puedes creer? Es para volverse loco. La muy… (tranquilo, no usaré este lenguaje) se quedó con mis cosas. No me llamó para decirme: “me quedo con esto y con esto otro”, ¿comprendes? Pero no hizo nada para hacérmelas llegar o para que yo supiera que no iba a recuperarlas. Simplemente no volvió a ponerse en contacto conmigo… Yo he dado todo por esa mujer, Ramón, ¿y qué recibo a cambio? Un portazo. Y nada más. Se acabó y punto… Lo sé. Sé lo que vas a decirme: que no te cuento nada que no sepas; que la vida es así… Vete al cuerno, entonces, Ramón. ¡Al cuerno!... No, espera. No te vayas, tío. Ya me conoces. Hablo por hablar. No muerdo, Ramón, amigo. Me gusta ladrar, ¿que no? Pero no muerdo, coño. Ponme otra… No me mires así, joder.
Fotografía: "Bar Man". Autor: Pedro Sánchez Alonso.

3 comentarios:

Unknown dijo...

sSon muchas las historias que oigo sobre mujeres detrás de esta barra. Pero no hay nada peor que un poeta abandonado. Siempre tan aéreos, tan profundos, buscando perdurar un momento a verso de sable y luego vienen dos tacones y agujerean tu calle y claro, el abismo hecho potitos... Las mujeres no hacen prisioneros, te aman o no existes, y por cierto, debiste haber mordido entre sus piernas, tenlo en cuenta cuando te ponga la siguiente.

Pablo Sánchez dijo...

Eso de "poeta" no me lo dices en la calle, Juanjo (Ramón).

Unknown dijo...

Mantengamos la calma. Lo cierto es que me has cargado tanto el cubata que ya no se quien soy... Quien dice poeta dice barman, al fin y al cabo todos somos psicólogos de los bares. Parece que tú también has tenido un mal día, pero fíjate que minifalda entra... La metía hasta la cabeza, a pesar de todo somos animales. Alegra esa cara Ramón, cuando cierres nos vamos a relinchar las calles, invito yo.