jueves, octubre 20, 2005

- La propia imagen se vuelve inapreciable en momentos de crisis. ¿Uno es uno o el que lucha? La violencia española es grave no por cruel sino por repetitiva. La objeción al trabajo cotidiano y el gusto por lo "grandes momentos" es sintomático de guerracivilismo. Y por muchos años. No hay análisis severo y concienzudo. Sobre todo la izquierda se ha pasado al carro identitario rapidamente. Duele sobre todo la ausencia de disidentes que digan "oye por aqui no". Varios Estados miran España con la preocupación del que mira a un mendigo y piensa: "¿Cómo han llegado a esto?".

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