martes, marzo 14, 2006

1095 Días


- Se trata ahora de no hablar demasiado alto, no rebuscar en archivos por un vocabulario exagerado. Es una tarde de domingo. Descanso para el talento. Yo digo de los espacios abiertos, de lo escondido en la ciudad y en el tiempo. Quiero volver al rumbo sereno y claro de la primera juventud. De una noche determinada, paseante y que desnuda su tibieza y me la enseña. No voy a ser otra vez un débil ejecutor de sueños, sin el sentido real que merecen, sin aplacar el grado de pasión que inspiran. Me acuerdo de ti y de las piedras, con todo el error marcado en la cara. El amor que mira de frente y te habla y necesita. Pero veo alejarse la orilla. Deseo probar de vuestro fruto. De aquél que sugerías. Y condenarme...

2 comentarios:

Pablo Sánchez dijo...

- Hace tiempo que no leo al griego. Espero que, esta vez, los dioses no abandonen a Antonio.

Latitud Cero dijo...

Lo que leí de Kavafis no me hace gracia, salvo un poema que hablaba de ventanas...