viernes, noviembre 23, 2007

Afuera Llueve

L- De acuerdo, probémoslo de nuevo. Pero, esta vez, ahórrese la metáfora sentimental.

N- Bien, decía que ella era única como una palabra…

L- ¿Sí?

N- …única como una palabra, como una imagen de grandes ojos grises, enmarcados con piel blanca.

L- Explíquese.

N- No hay diferencia entre “ser” y “estar”. Eso lo sabe todo el mundo. En determinados momentos algo se recupera o se alcanza…

L- Creo que lo estoy entendiendo…Pero hable del lecho, del contacto.

N- Podría, desde luego.

L- ¿No quiere?

N- Se trata de decidir. La indecisión calambrea los brazos.

L- ¿Se refiere al amor? ¿A eso se está refiriendo?

N- Mmm…

3 comentarios:

JUANAN URKIJO dijo...

Interesante diálogo, en cuyo final uno espera surja un merecido entendimiento de las partes. Parecen no hablar desde las mismas coordenadas, pero, probablemente, se trate tan sólo de una (otra) mera apariencia.
Bajé hasta aquí, porque no me gusta ver que un trabajo bien elaborado quede sin comentar.

Un saludo.

momo dijo...

Y a mi tampoco, te estoy leyendo despacio, porque me encanta , tienes carpinteria teatral lo sabias?
Un abrazo.

Pablo Sánchez dijo...

- Otro abrazo para ti. Por cierto, ¿carpintería teatral?