domingo, julio 09, 2006

El Fuego Sagrado

- A los que gustan de la mitología griega les resultará familiar el mito de Aracne. Se trata de una de las historias más despiadadas de cuantas se han escrito nunca; más si cabe por cuanto su protagonista es una hija del dios Zeus. En efecto, Atenea, aparte de muy sabia, muy bella y muy capaz, era una hija de la gran puta con un ego así de grande. Pues bien, en la tierra de Lidia vivía una joven llamada Aracne, una hábil niña prodigio del telar. Elaboraba maravillosas composiciones y su fama se agrandaba día a día. Todos elogiaban sus creaciones y solían repetir que su destreza se debía a un don de la propia Atenea. Arcane, sin embargo, aseguraba que, puestos a comparar, los dioses debían envidiarla. Atenea, en su infinita misericordia, acabó convirtiendo a Aracne en una araña, para que así pudiera elaborar telas perpetuamente.
Hoy, en la final del Mundial de Alemania, (victoria de Italia), ocurrió algo inaudito: Con el cronómetro en la prórroga, con Francia dando muestras de grandeza, con un Zidane dispuesto a pasar a la historia dejando pinceladas de dulce sabor a fútbol, ocurrió lo impensable. Quizás desde la epopeya de Odiseo (otra vez la Grecia buena) todos los hombres han tratado de componer una historia en la que un joven con aptitudes, vence a su destino y cumple sus sueños. El sueño americano por ejemplo. Todo esto hoy, se ha visto interrumpido. Es un buen día para marxistas y materialistas. Se ha dejado claro que la venganza divina contra los que sobresalen en lo bueno es implacable, que el mal es más sencillo que el bien, que los buenos no siempre ganan. En un momento cumbre en el que el deporte-rey iba a incrustarse en la misma experiencia mítica del ser humano, un héroe del pueblo, cual en montaña rusa, se precipitó con la cabeza por delante, contra el pecho de un jugador italiano (Materazzi, por más ensañamiento santoral). Ahí acabó todo. El silencio sustituyó al éxtasis. Todo el torbellino de imágenes que hubo después carece de importancia. Zidane se retiraba del campo en una espeluznante escena de derrota y de pena. La cabeza gacha cruzándose con el trofeo que ya nunca sería suyo. Todo fue demasiado rápido. Después, las lágrimas no eran suficiente. Era más que la final de un Mundial. Una vez más, derrota. Y con crueldad inmerecida.

(Coda: Espero no ver algo parecido a esto en la columna de Boyero el lunes).

7 comentarios:

quantum dijo...

Sí.

Pablo Sánchez dijo...

- Lo de ayer es simple y llanamente la victoria de la especulación sobre el ataque y la valentía. Italia ganó, como siempre dejando muestras de su racanería. Es un ataque al fútbol en toda regla. Evidentemente lo de Zidane es cupa suya, nos han fastidiado. Pero lo que mi post quería dejar ver es cómo el destino, la suerte (aunque ni el uno ni la otra existan) es cruel con los que destacan. Recodar a McEnroe desperdiciando dos sets de ventaja sobre Lendl en la final de Roland Garros de 1984 por estar enfrascado con un fotógrafo; Baggio fallando ese maldito penalti en el mundial 94; Cruyff desaparecido ante alemania (1974); Maradona y sus problemas con las drogas que forzaron su expulsión en mitad del mundial de EEUU...Parece que la maldad se ceba con estos especímenes raros que convierten una actividad cada vez más sometida al cálculo y al físico (los 10 primeros minutos de Italia ayer fueron una salvajada de agresiones sin parangón) en una fiesta donde todos podemos soñar. Zidane se merecía otro final. No lo hizo por culpa suya aunque, como dice Juan cruz en un arículo hoy, habremos de esperar para saber qué le dijo Materazzi. Por cierto, el padre de éste último en cierta ocasión hubo de salir en defensa de su retoño con la frase: "mi hijo no es un asesino"...Italia no mereció ganar. Una final es una final, y los que de verdad dieron el toque y la grandeza fueron los franceses. Un mundial por un partido? Claro, en eso consisten las finales. Lo de Italia ayer fue vergonzoso. Y lo de Zidane, una pena.

Pablo Sánchez dijo...

1) Zidane no se ha llevado gratis nada. Comparar algún que otro arranque de ira con la cotidianeidad de la violencia de Italia es como comparar el robo de un bolso con la segnuda guerra mundial.
2) Francia se llevó por delante a Brasil y España, dos equipos con bastante peligro. Italia ganó a australia de penalti injusto y a alemania de milagro.
3) Francia ayer llevó todo el peso del partido dejando a los italianos como unos bandidos de sierra morena esperando la oportunidad en plan acecho.
4) Los "cojones" están bien cuando uno da un toque de valentía en un partido igualado pero no cuando sólo sirven para practicar el antifútbol y la apología de las faltas.
5) Zidane puede hacer lo que quiera. Incluso en su fracaso no deja indiferente. Como todos los grandes.

Pablo Sánchez dijo...

- Doble rasero? Pues por supuesto que sí. Evidentemente debemos diferenciar a la hora de juzgar los actos del fútbol. Ante aquellos que hacen de la violencia su modo de vida, su oficio, mano dura: Materazzi sin ir más lejos (incluso hay un video en Youtube con sus mejores entradas brutales). Un control de Zidane, su famosa roulette, un pase medido, un gol de falta...todo eso nos reconcilia con este deporte. Perdonar a Zidane su agresión?. En abosluto: se le expulsó merecidamente. Pero la vida del artista es siempre peligrosa. Maradona y schuchster sufrieron en sus respectivos femurs la codicia de Goicoetxea, Cruyff las de Benito...Así pues me niego a colocar en el mismo lugar a todos los jugadors. No sería justo. El de ayer era un penalti claro. Zidane ha vivido de la magia. Otros como Cannavaro (noqueó a Henry en el munito 1) o Materazzi, incluso Gatusso deberían ser tratados como lo que son: Barrenderos de este deporte.

Pablo Sánchez dijo...

- Hombre, cualquier tipo de posibilidad de que (en mi opinión) el quinto grande siga jugando es una buena noticia. Por cierto:
http://www.as.com/articulo/futbol/Zidane/elegido/mejor/jugador/Mundial/dasftb/20060710dasdasftb_2/Tes/

quantum dijo...

No se trata de si lo que hizo Zidane está o no justificado, no en este post, al menos. Se trata de la fatalidad, de la caída de los grandes, de su propia debilidad o de la envidia de los dioses. Qué bien nos lo muestran la tragedia griega y el entrañable Willie Shakespeare. Y la realidad.

Pablo Sánchez dijo...

- Encumbrado por los media?? Nunca han regalado un adjetivo a zidane. Todo ha sido siempre su propia demostración de talento casi cotidiano. Una cosa tengo clara. El que antes no lo alabó no tiene derecho a denostarlo.