jueves, julio 27, 2006

Mueca Histórica

- Bien, tomemos el ejemplo de John McEnroe y su semifinal de Wimbledon de 1983 contra Ivan Lendl . Revisando el video (disponible en YouTube) nos damos cuenta del universo real en el que se desarrolla el encuentro. Todo funcionaba como hoy funcionan los partidos de tenis: los mismos gestos de los jugadores, la misma ansiedad por la victoria y el mismo miedo a la derrota… Yo ya había nacido. Unos años más tarde (1988), en mi colegio tuvo lugar una fiesta a la que yo asistí y de la que guardo un recuerdo borroso. Entonces yo disponía de una personalidad definida por la magia de los Reyes Magos, la creencia en Dios y en, más o menos, mi inmortalidad. El mundo sólo tenía mi edad y desconocía el fruto del tiempo pasado y del futuro. Así no podía imaginarme que, por ejemplo, John Lennon o Jim Morrison llevaran la friolera de 8 y 17 años, respectivamente, muertos. Ni tampoco la soledad repetida o la maldad voluntaria. Yo saltaba con mi bata blanca por motivos extraños. Ahora, sin embargo, que cojo un vuelo, me tomo una cerveza o juego al parchís, el control de mi universo pierde fuelle. Sálvese quien pueda, sugiere mi generación a las posteriores. Donde los juegos fueron antes, que ya había tiempo pasado, ahora sufrimos lo mismo y disfrutamos lo mismo. Y los mismos. Porque ahora son otros niños los que hacen fiestas y no sufren, los que desconocen la magia del tenis o de la música. Y así debe ser mientras los niños sean alegres, inocentes e insensatos.

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